Continúan las protestas en Italia

Las medidas anunciadas por el primer ministro italiano, Mario Monti, entre las que se incluye la liberalización del sector del taxi, han causado el enfado del gremio, que acumula varios días de protestas y manifestaciones. La última huelga se produjo ayer en Roma, con la presencia de unos 7.800 taxistas llegados de todos los puntos del país, especialmente desde Nápoles y Milán.
El equipo de Gobierno de Monti pretende llevar a cabo varias reformas liberalizadoras de ciertas profesiones y servicios, como taxistas, farmacéuticos, notarios y propietarios de gasolineras, con el objetivo de mejorar la eficacia de las prestaciones, abaratar precios y crear nuevos puestos de trabajo.
Pero el sector del taxi, lejos de verlo como una ventaja, opinan que este plan es una gran injusticia, pues supondría duplicar en número de licencias de una flota ya numerosa de por sí a día de hoy (en compensación se regalaría a cada taxista un permiso), libertad de turnos y a ampliar el área de prestación en la que pueda operar el taxi.
Este sector cree que les han escogido a ellos “porque somos una categoría muy unida, difícil de abatir” contaba a los medios Vincenzo Capuano, coordinador de los taxistas de una zona de Nápoles. “El Gobierno quiere llamar a la atención sobre la liberalización, que seamos un ejemplo para otros sectores”. Otro taxista apuntaba que, simplemente con el debate en auge ante una posible liberalización de licencias, la cotización de los permisos se ha desplomado, pues un potencial comprador no arriesgará a comprarse una si en unos meses podría conseguirla a un precio más bajo ante un crecimiento en la oferta.
El Gobierno está dispuesto a llegar a un acuerdo, pero según los últimos datos, los taxistas no darán su brazo a torcer y quieren que las situación se quede como está, bajo el lema “una licencia, un propietario, un turno, un territorio”.