El uso del carril bus-taxi y su impacto en la velocidad comercial del taxi
Llevamos un tiempo hablando del mal uso del carril-bus taxi y de cómo esto afecta en la velocidad comercial del taxi. Y es que está demostrado que, en el ámbito urbano, la eficiencia del servicio de taxi depende de múltiples factores: congestión, semáforos, tiempo de espera de pasajeros y la propia movilidad de la ciudad. Uno de los elementos que puede influir directamente en este desempeño es el carril bus-taxi, un recurso diseñado para agilizar el transporte público y privado autorizado en determinadas vías.
Pero, ¿qué es la velocidad comercial del taxi?
La velocidad comercial se refiere a la velocidad media real que mantiene un taxi durante su servicio, incluyendo desplazamientos con y sin pasajeros, paradas, y esperas en semáforos o tráfico. No debe confundirse con la velocidad máxima permitida por la vía, sino con la eficiencia del servicio para generar ingresos y transportar pasajeros de manera efectiva.
Teniendo esto como referencia, es evidente que el uso del carril bus-taxi ofrece ventajas claras, como la reducción de tiempos de viaje o la posibilidad de realizar un mayor número de servicios diarios gracias a un desplazamiento más rápido entre destinos al evitar la congestión que se suele concentrar en el resto de carriles. Todo ello, además, permite a los profesionales reducir su consumo de combustible y, de paso, minimizar las emisiones.
Lamentablemente, el mal uso por parte de algunos vehículos particulares de estos carriles exclusivos obliga a los profesionales a reducir su velocidad o a incorporarse al tráfico general, perdiendo así el beneficio del carril exclusivo. Esto puede suponer una disminución de entre un 10 y un 20% en la velocidad comercial, dependiendo de la densidad del tráfico.
Los taxis tardan más en llegar a los pasajeros y en completar los trayectos, lo que reduce el número de servicios diarios y la rentabilidad. Además, la presencia de vehículos no autorizados obliga a maniobras bruscas, cambios de carril repentinos o adelantamientos peligrosos, aumentando la posibilidad de incidentes.
Esta situación ha llevado al sector a pedir a las administraciones locales que tomen cartas en el asunto y controlen el acceso a estos carriles exclusivos. Ciudades como Valencia o Sevilla ya han instalado cámaras para controlar su acceso y, en esta última, sólo en un mes, el Ayuntamiento habría impuesto 19.389 sanciones por su uso indebido.
Impacto en la velocidad comercial
Estudios de movilidad urbana indican que el acceso a carriles exclusivos puede incrementar la velocidad comercial del taxi entre un 10% y un 25%, dependiendo de la ciudad, la densidad del tráfico y la extensión del carril.
Este incremento se traduce en un mayor número de trayectos diarios, una reducción del tiempo de espera de pasajeros y, por lo tanto, una clara mejora de la percepción del servicio, incentivando la demanda.
No obstante, la mejora efectiva depende de una gestión inteligente del tráfico, la coordinación con el transporte público y el cumplimiento de las normas de uso del carril.