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24/11/2015 13:56:38 - Gaceta del Taxi

CIEN AÑOS DE AUTOTAXI La transición El aumento de licencias y el área unificada (VIII)


 

En el último número de la revista El Taxi Español, el responsable del Subgrupo Nacional de Auto-Taxis de aquellos tiempos, Julián Calderón, resumía en el editorial los objetivos de la industria para los años 70. Entre los sueños citaba la necesidad de un nuevo Reglamento, la creación de una mutua de taxis sin ánimo de lucro, un banco social, una cooperativa de viviendas, residencias de verano y la fabricación de un taxi tipo.

Algunos de aquellos sueños se cumplieron como la reforma de la reglamentación del sector. Por eso la aprobación del Reglamento Nacional de los Servicios Urbanos e Interurbanos de Transporte en Automóviles Ligeros, en vigor desde el 14 de abril de 1979, fue una de las noticias más importantes del sector. La nueva normativa supuso un cambio cualitativo en el desarrollo de las ordenanzas municipales del servicio. La orden ministerial establecía, entre otros aspectos, las líneas básicas para la concesión de licencias y eliminaba la sanción económica a los taxistas, castigándoles con penas administrativas -que dolían más porque se les privaba del coche- como la suspensión de la licencia o el levantamiento del aparato contador.

El nacimiento de Mutaxi y las organizaciones sindicales

En 1975 se produjo la última gran ampliación de licencias ante la negativa del sector que la consideró innecesaria. Se pasó entonces, casi de golpe, de 10.400 a 15.000 licencias que cubrieron en parte las necesidades de desplazamiento de los madrileños por las carencias del transporte de superficie, sobre todo en los barrios periféricos. Pues bien, ante el descontento general de los patronos por el acceso de los asalariados a las nuevas licencias, aparecieron tensiones entre ambos colectivos y las mutuas taxistas intentaron incluso boicotear a los nuevos titulares impidiéndoles asegurar sus vehículos, una amenaza que al final no se llevó a efecto. Estos conflictos e inconvenientes animaron a un grupo de taxistas a fundar Mutaxi y su correspondiente cooperativa de repuestos con un capital inicial de cinco millones de pesetas, avalados en algunos casos con las escrituras de las viviendas de los socios fundadores.

En 1976 se aprobó en referéndum secreto entre todos los taxistas, celebrado en el colegio de La Paloma, la libranza de dos días a la semana. Aquella medida fue apoyada por un grupo de trabajadores que al año siguiente fundaron la Federación Profesional del Taxi,  asociación que se caracterizó en su origen por agrupar a autopatronos y asalariados de izquierda, razón por la cual siempre defendieron al pequeño empresario, al propietario de una licencia. Por su parte, la Asociación Gremial de Auto-Taxi de Madrid se creó en 1979 como consecuencia de la transformación de la Agrupación Provincial de Empresarios de Auto-Taxi y Gran Turismo de Madrid.

En 1977 se produjo uno de los acontecimientos más importantes para el colectivo taxista: la integración en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social, una de las conquistas más costosas y reivindicadas por el sector. Hasta ese momento la única cobertura sanitaria y social que tenía el taxista en caso de baja laboral la ofrecían algunas entidades privadas como UECA, Sanitas o la desaparecida 18 de Julio. 

Las licencias

La primera modificación de licencias de este periodo se produjo en marzo de 1972 con la ampliación de 400, según un acuerdo de la Comisión Municipal de Gobierno. Las primeras 200 licencias se adjudicaron a los titulares de vehículos de gran turismo con una antigüedad superior a tres años y en proporción de una licencia de autotaxi por dos de gran turismo, con la posibilidad de que aquellos titulares con una licencia pudieran asociarse con otro compañero para acceder a una de las nuevas concesiones. Las otras 200 licencias fueron a parar a conductores asalariados con una antigüedad de tres años consecutivos o cinco alternos. El 17 de mayo de 1974 el Ministerio de Gobernación aprobaba la "Orden sobre Transmisión excepcional de licencias de auto-taxi y otorgamiento de las mismas a conductores asalariados". La medida afectaba a toda España y en opinión de algunos responsables taxistas, la decisión ministerial no obedeció a un estudio de mercado real sino a una venganza personal de Carlos Arias Navarro, ministro de Gobernación. Al parecer, unos años antes, siendo alcalde de la Madrid, había negado una subida de tarifas solicitada por los empresarios del sector y éstos, aprovechando su influencia, elevaron sus quejas a esferas más altas que finalmente obligaron al alcalde a ceder y a aprobar la subida por orden de la superioridad, como se decía entonces. Esta acción no la olvidó Arias Navarro y en cuanto pudo provocó una revolución en el sector, especialmente en la capital.     

El aumento de licencias en Madrid fue espectacular, unas 4.600 de golpe de las que 1.122 pasaron de gran turismo a autotaxi según una resolución de la subsecretaría del Ministerio de Gobernación de 13 de febrero de 1974. Por lo tanto, la ampliación se quedó reducida a 3.478 nuevas licencias para asalariados que fueron objeto de recursos e impugnaciones en el momento de la confección de las listas de aspirantes por parte de dos significados líderes taxistas del momento: Manuel Monasterio González-Encinas y Gonzalo Redondo Moros.

Ese mismo año se liquidaba la Cooperativa Madrileña de Productores Taxistas, una de las cuatro creadas al amparo de la sesión plenaria que acordó la concesión de 1.400 licencias de microtaxi en julio de 1964. Las 350 licencias pertenecientes a dicha asociación fueron transferidas al mismo número de socios quedando estos inhabilitados para la obtención de nuevas licencias por su condición de asalariados. El 30 de septiembre de 1977, fecha de aprobación del área unificada, se produjo el canje de 240 licencias correspondientes a los taxis que prestaban servicio en los municipios integrados en el nuevo mapa unificado. Más tarde, el 31 de enero de 1979, el consistorio madrileño dio el visto bueno a otra ampliación de 141 licencias destinada a los asalariados, cifra que fue ampliada a 118 licencias más el 29 de julio de 1980 con el fin de destinarlas a los conductores asalariados con cinco años consecutivos de servicio y que fueron los últimos conductores en conseguir una licencia de taxi mediante el sistema de adjudicación municipal.

El área unificada

En 1977 se creó el área unificada ante la necesidad de unificar las carreras interurbanas que demandaban profesionales y usuarios del taxi debido al fuerte crecimiento demográfico. Los primeros municipios que formaron parte del nuevo mapa fueron los de Alcorcón, Coslada, Getafe, Leganés, Móstoles, San Fernando de Henares, Pozuelo de Alarcón y Madrid, ciudad que se responsabilizó de gestionar todo lo relacionado con la nueva distribución sectorial.  

 

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