“Nos hacen falta conductores y que regulen nuestros horarios”

El sector del taxi en Valladolid lleva tiempo reclamando al Ayuntamiento que actúe de una vez para fomentar la incorporación de un mayor número de conductores que puedan prestar servicio a la ciudadanía. En concreto, la Agrupación del Taxi de Valladolid, organización mayoritaria en la representación del colectivo vallisoletano, pide una mayor frecuencia en la convocatoria de exámenes y, además, que estas pruebas no resulten “imposibles” de superar para los aspirantes.
“El último examen que programó el Ayuntamiento fue en el mes de junio”, denuncian Óscar Ordóñez y Virgilio Bravo, presidente y vicepresidente de la organización de taxistas, que cuenta con el apoyo de la Plataforma Taxi España y de la Asociación Nacional UNETE. “Hasta esa convocatoria de junio habían pasado tres meses desde la anterior. Además, en este último examen volvieron a cambiar las condiciones: antes se hacía con unas normas y ahora se ha complicado”, critican.
Los resultados de las pruebas refuerzan esta queja. “En el examen celebrado en verano se presentaron 33 aspirantes y únicamente aprobaron tres. En el que se había realizado tres meses antes suspendieron todos, o como mucho aprobó uno”, explican los taxistas, que insisten en los problemas derivados de la escasez de convocatorias. “Lo lógico sería que se organizara al menos una prueba mensual, o incluso cada quince días”, afirman.
Los representantes del sector señalan que el Ayuntamiento está diseñando un plan para formar a futuros conductores a través de autoescuelas, pero aseguran que ese plan no se traduce en más profesionales en el taxi. “Están bailando el agua. Lo que necesitamos de verdad son conductores, porque la gente se queja de que no hay taxis a determinadas horas del día”, advierte Ordóñez, que subraya que no descartan iniciar movilizaciones si no se toman medidas con rapidez.
Falta de regulación horaria
Desde la Agrupación también destacan que otro de los motivos por los que no se presta el servicio en condiciones es la falta de regulación de los taxis que ya están trabajando. “En Valladolid trabajamos a destajo y no tenemos ningún día libre. El problema es que muchas veces coincidimos demasiados taxistas en la calle y luego hay momentos en los que hay escasez. No existe regulación en los horarios y, al no haber conductores de relevo, cuando el titular descansa el coche se queda parado”, denuncian.

“Los fines de semana estos problemas se incrementan”, añade Virgilio Bravo, asegurando que ha habido sábados en los que solo había 38 taxis operativos en Valladolid de un total de 466 licencias. “Es cierto que sobre ese total hay unas 28 que no están funcionando”, apostillan.
“Necesitamos duplicar los taxis”, insisten los portavoces. Con ese volumen de licencias, y para poder estimar el total real de conductores, desde la Agrupación aseguran que cuentan con 66 conductores en activo para las 390 licencias que representan. Es decir, no se llega al centenar de conductores si se extrapola la cifra al conjunto de licencias fuera de la Agrupación. “Por eso es necesario que el Ayuntamiento tome medidas urgentes, porque los coches deberían ampliar sus turnos”, remarcan.
Ordóñez y Bravo perciben además un cambio en la mentalidad de los más jóvenes a la hora de aceptar trabajos. “Ya no quieren trabajar en sectores como la restauración o el taxi, porque resultan duros. Y si además se les ponen trabas de entrada, con demoras de cinco o seis meses desde que empiezan a estudiar hasta que aprueban, terminan por abandonar el proceso y se van a otros trabajos más sencillos”, explica Óscar Ordóñez. “La alta tasa de suspensos hace que los aspirantes se lo piensen aún más y finalmente opten por otras alternativas laborales”, replica Bravo.
Los dirigentes de la Agrupación recuerdan que llevan años negociando con los distintos gobiernos del Ayuntamiento de Valladolid sin obtener resultados. “Ya trasladamos este problema cuando en el Consistorio gobernaba el PSOE, y ahora, con el PP, seguimos en las mismas”, lamentan, al tiempo que subrayan que las quejas de los ciudadanos no deberían dirigirse contra los taxistas, sino contra la administración.
“En ocasiones recibimos tal volumen de llamadas que no podemos atender de forma telefónica a todas las personas. Para eso vamos a poner solución con un nuevo gestor de flotas que incorpora inteligencia artificial y es capaz de atender cien llamadas por minuto. Lo vamos a implantar a través de KBO, y con este sistema será más fácil gestionar los picos de demanda telefónica”, explica el presidente de la agrupación, que gestiona la emisora Radio Taxi Valladolid.
“Pero una vez que hayamos solucionado este problema —la entrada en funcionamiento del nuevo sistema estaba prevista para la semana pasada—, seguiremos teniendo la misma dificultad: la falta de conductores para atender los servicios, especialmente durante las noches de los fines de semana”, lamenta Bravo, que recalca que esos son los momentos de mayor necesidad.
“En grandes eventos es cuando más se nota la falta de conductores y también la ausencia de una regulación eficaz del funcionamiento del taxi”, sostienen los representantes del sector, que critican que en los planes de movilidad del Ayuntamiento no se tenga en cuenta al taxi pese a ser un servicio público esencial.
Los taxistas insisten en que reciben reclamaciones directas de los ciudadanos cuando, en realidad, las quejas deberían dirigirse al Ayuntamiento a través de los cauces establecidos. “Se quejan ante nosotros cuando no tenemos la solución”, lamentan los portavoces, que además recuerdan que la ordenanza que regula el taxi en Valladolid data del año 2005 y está obsoleta.
La necesaria implantación de un APC
La falta de regulación actual es, a juicio del sector, uno de los mayores problemas. “No tenemos regulados los descansos, pero tampoco, y esto es muy importante, está regulada el área de prestación conjunta (APC). Contamos con unos 25 pueblos cercanos sin servicio de taxi y nos convendría que se implantara el APC para atenderlos y, al mismo tiempo, evitar que entren las VTC en la ciudad”, señalan.
Hace unos años se aprobó un APC mediante una ordenanza, pero tras la denuncia de unos taxistas ajenos a la Agrupación fue anulada, lo que devolvió a la ciudad al marco regulador de 2005. “Queremos una nueva normativa, pero sobre todo que se active de nuevo el APC. Eso sí, debe hacerse bien para que ningún taxista pueda recurrirlo. Nos interesa que no se denuncie para que prospere”, declaran.
La Agrupación considera que el APC sería una herramienta eficaz para frenar la implantación de las plataformas de VTC en Valladolid. “Por ahora la situación está tranquila, pero en cualquier momento puede estallar”, advierte Ordóñez.
En cuanto al servicio de taxi adaptado para personas con movilidad reducida, los representantes señalan que en Valladolid hay actualmente 14 vehículos, de los cuales 12 pertenecen a la Agrupación. “La demanda es cada vez mayor. Lo hemos planteado al Ayuntamiento, porque la subvención para la adaptación no cubre el gasto tan elevado que supone para un taxista adaptar un vehículo a PMR”, denuncian.
“Valladolid es una ciudad con una población cada vez más envejecida y hay mucha demanda de este tipo de servicio. Hacen falta al menos cinco o seis vehículos más. De hecho, si hubiese suficientes conductores, podrían acceder a licencias adaptadas. Pero no hay voluntad política para resolver esta situación”, critican los profesionales, que lamentan que el taxi solo sea concebido como un servicio público al que apoyar de manera puntual en determinadas circunstancias. Por eso, y con la paciencia cada vez más agotada, advierten de que no descartan recurrir a la presión mediante movilizaciones para que la administración adopte de una vez medidas que mejoren el servicio público del taxi en Valladolid./TAMBIÉN ES NOTICIA
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