“A veces puede ser más interesante lo que se cuenta dentro de un taxi que en una rueda de prensa”

Veinticinco taxis, veinticinco taxistas y veinticinco historias diferentes. La realidad de la sociedad vista desde un retrovisor es lo que ha querido plasmar la periodista Marta García Aller...

Veinticinco taxis, veinticinco taxistas y veinticinco historias diferentes. La realidad de la sociedad vista desde un retrovisor es lo que ha querido plasmar la periodista Marta García Aller en su libro ‘¡Siga a ese taxi!...que lleva una historia´. Con la inestimable ayuda de los profesionales del sector, García Aller compone un libro que llevará al lector a diferentes taxis, en distintas ciudades donde les contarán una historia diferente, de esas que no suelen salir en los informativos pero que nos dan la medida de cómo es el entorno en el que nos movemos.

Con un estilo muy teatral, permite a todo aquel que se anime a "subirse" a este libro incluso a mirar por la ventana del taxi mientras un profesional le cuenta una de tantas historias que le ocurren después de todo un día de trabajo cara al público. Confesores, psicólogos, buenos oyentes, e incluso filósofos, los taxistas son "testigos escondidos en las venas profundas de la ciudad" según su autora que confiesa haber aprendido mucho del taxi y también del propio ser humano.

Aún así, cree que era necesario trasladar al papel la cara menos amable de la profesión, ya que como ocurre en todas, "hay de todo" y no siempre el taxista te hace pasar un buen momento. A pesar de ello, la acogida entre los profesionales, que ha sido buena, le ha sorprendido, y espera que en una ocasión futura le permitan seguir contando historias tan interesantes como estas.

Gaceta del Taxi.- ¿Cómo nace la idea de escribir este libro?

Marta García Aller.- La idea fue tanto mía como de la editorial, le gustó el tono de mi anterior libro, La Generación Precaria, y querían volver a trabajar conmigo. Porque no tengo ninguna relación especial con el taxi, soy una usuaria habitual de taxis porque por mi profesión como periodista siempre estoy de acá para allá, de una rueda de prensa a otra y el taxi me salva de muchos apuros. Y piensas que muchas veces puede ser más interesante lo que se cuenta dentro de un taxi que en esa rueda de prensa a la que vas.

Además, vimos que no existía ningún libro desde la perspectiva del que se monta detrás en el taxi y pensamos que era una buena forma de conocer al ser humano, de cómo somos y de la buena y mala gente que hay.

G.T.- ¿Qué pretendía reflejar en este libro?

M.G.A.- Mi intención era hacer un libro de historias reales, donde contar lo que no sale en las noticias y que, por otro lado, no diese una imagen falsa de lo que es la profesión, porque no siempre pasan cosas. En este caso lo que he hecho es mostrar una visión desde fuera, pero la idea era que un lector se sintiera como si montara en el taxi y se encontrara con 25 taxistas que le cuentan una historia en primera persona. Además, quise darle igual importancia a la ciudad, y de ahí las acotaciones, para que el lector se imagine que va en ese taxi y pueda "ver" por la ventana. La ciudad también es protagonista del libro, junto con el taxista y el cliente.

En el sector "hay de todo"

G.T.- Como usuaria habitual de taxis, ¿qué destacaría de los profesionales que van al volante?

M.G.A.- Tiene un poco de todo. Es un testigo escondido en las venas profundas de la ciudad. Es alguien que está ahí, escuchando. Es confesor, a veces delator, algunos son psicólogos y otros filósofos de lo cotidiano, como el taxista argentino que me marcó con la frase de que "menos mal que los políticos duermen por la noche". Hay gente muy especial, y se aprende mucho escuchando sus historias, ya que nos dan verdaderas lecciones.

G.T.- ¿Cree que la imagen que se transmite a través de los medios de comunicación, las series...es fiel a la realidad?

M.G.A.- Creo que hay de todo, gente buena y gente no tan buena. Eso si, en mi opinión informes como el de la OCU no tienen en cuenta los intangibles es decir, toda la parte humana que es imposible cuantificar con números. Además, también tienen que aguantar mucha altivez entre los clientes. Como ocurre en todos lados, hay gente para todo y reconozco que en un primer momento tenía miedo de que, al haber reflejado también a quienes son más desagradables, el colectivo reaccionara mal. Porque también hay quien te hace pasar momentos incómodos hablando de política, porque son machistas...

G.T.- ¿Cuál es la historia que más le ha llamado la atención de todas las que le han contado?

M.G.A.- Hay historias muy duras, como el caso del taxista que lleva a una mujer a quien ha llamado su nieta porque está su hija inconsciente en el suelo de su casa por un caso de maltrato. Y es una situación que le deja tocado para todo el día, porque ya no sabe que más pasa con ella. Él mismo acierta cuando dice que trabajar en el taxi es como si hicieras zapping todo el rato en la vida de la gente. Es una buena descripción de lo que es la profesión.

También me ha resultado interesante saber que hay quienes utilizan el taxi para tener compañía. Y me lo han contado varios, como si hubiera una epidemia de soledad en las ciudades. Es verdaderamente triste que alguien tenga que buscarse una excusa para vestirse, arreglarse y salir a la calle, y contarle las penas a un taxista mientras le hacen dar vueltas por la ciudad sin ir a un punto en concreto.

Esta es una de tantas historias que se repiten, incluso en el pueblo más perdido de Asturias, hasta la capital con 4 millones de habitantes. La gente sigue ocultando infidelidades, sigue yendo a escondidas a trapichear. O simplemente coge el taxi para ir a una entrevista de trabajo que le cambiará su vida y vive un momento muy especial con un completo con el que comparte nervios, angustias...

G.T.-¿Cómo ha sido la acogida del libro entre los taxistas?

M.G.A.- Aunque es un libro para el público en general, está teniendo muy buena aceptación entre los profesionales del taxi. Es más, durante la presentación del libro en Barcelona pude hablar con el presidente del Sindicat del Taxi de Catalunya y me dijo que le había gustado mucho. Si bien es cierto que no me hubiera coartado mi libertad de expresión, que me dijera lo contrario, tampoco quería que nadie se sintiera ofendido. En la profesión hay de todo, y esa es la idea que he plasmado en el libro.

Quiero invitar a los taxistas a contar sus anécdotas en el grupo de Facebook que se llama igual que el libro, que tiene ya más de 200 seguidores, porque estaré encantada de seguir leyendo sus historias.