Las Fallas terminan por quemar al taxi valenciano

 

Fuego, humo, pólvora y ruido. Así se podrían definir las Fallas valencianas, una fiesta con una arraigada tradición en la capital y alrededores y que, con el paso de los años, se ha convertido en un reclamo turístico muy importante. Sin embargo, este año la crisis junto con el mal tiempo han hecho que muchos turistas se replantearan Valencia como destino turístico y eso se ha notado en el sector servicios de la ciudad. Hostelería, comercios y el taxi han sido, sin duda, los sectores más afectados por esta situación que ha provocado, según informaba Vicente Pizcueta, de la Federación de Hostelería, un claro descenso de la ocupación hostelera. "En Fallas siempre se alcanzaba el 100% de ocupación", declaró, mientras que este año la ocupación ha rondado sólo el 80%.

Una bajada que también han notado los profesionales del taxi. Según el presidente de la Asociación Gremial de Valencia, Antonio Haro, "estas Fallas no han ido bien". Aunque no ha podido cifrar el descenso de los ingresos, lo achacó principalmente "a que la gente que ha venido aquí no tiene dinero para coger un taxi" y explicó además que el refuerzo tanto de líneas de autobuses de la EMT como la ampliación de horarios del metro afectaron también a los taxistas. "Con la crisis la gente prefiere ahorrarse unos euros y viajar en un transporte más barato".

Lo peor, los cortes de tráfico

Además, los taxistas tuvieron que enfrentarse a un contratiempo más. La decisión por parte del Ayuntamiento de cerrar el acceso al centro al tráfico privado que, por primera vez, también incluía a los taxistas. Desde el martes 16 hasta la madrugada del sábado 20 de marzo, los taxistas no pudieron circular por el centro, lo que se consideró una discriminación por parte del consistorio frente a los autobuses. "No recibimos el mismo trato", aseguró Haro en declaraciones a medios locales. "No podemos querer estar por encima, pero sí trabajar en las mismas condiciones", insistió.

Esta decisión del Ayuntamiento también indignó a los conductores contratados que, a través de la Plataforma de Conductores de USO han propuesto poner una queja oficial en solitario o con otras asociaciones. Para los conductores, a quienes muchos propietarios de licencia contrataron de cara a las fiestas y que cobran un porcentaje de lo recaudado, la decisión de prohibirles el acceso a la zona centro los días 17 y 18 de marzo, les ha hecho perder "el 70% de los servicios entre las seis de la tarde y las dos de la madrugada de esos días".

Aunque lo habitual en años anteriores era que el taxi tuviera acceso a esta zona, este año, "sin previo aviso", se quedaron fuera del perímetro fallero. Según USO, esta decisión se tomó a última hora y de forma anárquica "cambiando de órdenes de un minuto para otro y con cortes que en la Nit del Foc afectaron a todos los puentes", principales arterias de unión entre una y otra orilla del río Turia.

Unas Fallas con "poco trabajo"

Este corte de tráfico ha supuesto, según explicaron las diferentes asociaciones, un grave perjuicio tanto para los taxistas como para los clientes. Mientras que en 2009 trabajaron ya un 20% menos que el año anterior, en esta ocasión, de la previsión de 4 ó 5 servicios a la hora, finalmente se han podido hacer tan sólo 1 ó 2.

Pero no sólo estos cortes han afectado a los taxistas. También para los clientes han supuesto una dificultad añadida a una ciudad inmersa en el caos que suele acompañar a este tipo de fiestas.

"Muchos de ellos -los clientes- tenían hoteles en el centro o estaban visitando fallas y tenían que salir andando fuera del perímetro para coger un taxi que los llevara al aeropuerto o a su casa". Había puntos, aseguran, donde se juntaban "hasta cien personas esperando un taxi y no llegaba", insisten desde la asociación. Además, los cortes provocaron que los coches tuvieran que dar grandes vueltas para llegar a su destino por lo que, un trayecto de entre 6 o 7 euros, se convertiría fácilmente en el doble, debido a las restricciones.

Y es que para los taxistas, estas Fallas han dado "poco trabajo". Por las grandes avenidas valencianas, era normal ver taxis en verde mientras la gente volvía a casa en metro y en autobús. "Este año han funcionado muy bien esos transportes públicos, por lo que muchos usuarios han preferido volver a casa en ellos", se lamentaban. Además, muchos aseguraron que no se estaban respetando los turnos y que estaban todos los taxis en la calle "doblando". "Muchos han contratado conductores para intentar sacar más dinero". El resultado, mucha oferta y muy poca demanda.

Además, a partir de las 3 de la mañana, los profesionales no se la juegan. "A esas horas hay que tener cuidado y seleccionar muy bien a la gente, porque lo normal es que ya vayan demasiado pasados de alcohol y terminen ensuciándote el taxi", nos confiaban.

Tampoco ha ayudado la situación de la estación del Norte, que conecta a Valencia con las principales capitales españolas. "Parece mentira que Renfe tenga esa parada", señaló el presidente de la Gremial valenciana, refiriéndose a la escasez de espacio. Además, subrayó que ocurre lo mismo en el resto del centro histórico.