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21/05/2020 05:06:42 - Gaceta del Taxi

“El taxi ha demostrado ser mucho más que útil durante la crisis”


Quedamos con Joaquín en una parada de taxi. Son las seis de la tarde de un miércoles de mayo, pero las calles siguen sin ofrecer la imagen de una tarde de primavera normal. Aunque el calor invita a salir a pasear, se nota que seguimos bajo el estado de alarma y que Madrid, donde hacemos la entrevista, se mantiene en la Fase 0.

 

En la parada hay varios taxis, todos de la misma emisora, Pidetaxi. Uno de ellos es Joaquín Merry del Val, el protagonista de esta historia, taxista desde hace 9 años. Antes fue voluntario en una ambulancia, también socorrista. Tal vez estas experiencias fueron el resorte que le impulsaron a acudir a la llamada realizada por Pidetaxi. También las de su propio padre, fallecido por Covid-19 en la segunda semana de pandemia, con quien habló cuando estalló la crisis sanitaria. “Creo que a él esta situación le recordaba a la España post franquista, donde realmente si fallaba un médico en el pueblo la gente se moría. Él entendía que los médicos tenían que llegar y me animó a hacerlo”, nos explica bajo su mascarilla.

 

También lleva guantes y su vehículo va perfectamente equipado: pantalla protectora, geles hidroalcohólicos para él y los usuarios y un kit de limpieza en el maletero para usar cada vez que baja un pasajero de su taxi. Pero los primeros días no era así. “No sabíamos a lo que nos estábamos enfrentando”, reconoce, “y veías como bajaban los médicos y enfermeras apenas protegidos”. Después comenzó a haber un cambio en los protocolos, bajaban ya con las EPIs y la verdad, nos reconoce, “ahí daba otra sensación”.  Estábamos en un país “desbordado” y el servicio del taxi lo palpaba de primera mano.

 

A pesar del desconocimiento, no se lo pensó dos veces. “Llevábamos casi una semana ya bajo el estado de alarma y de alguna manera sabíamos, o por lo menos yo me lo imaginaba, que el taxi tenía que ser útil de alguna manera durante esta crisis”, nos asegura antes de añadir, “y ha demostrado ser mucho más que útil, por las cifras que se están manejando de servicios. 150.000 servicios en apenas 7 semanas es una locura”.

 

“Me decidí por vocación, por ver a la gente como estaba, sobre todo a los sanitarios, que estaban escasísimos de recursos. Todos los hospitales y centros de salud se encontraban desbordados”. Por eso cuando llegó el aviso desde central, el sábado 14 de marzo, no se lo pensó dos veces. Ni él ni el resto de compañeros que recibieron el mismo mensaje pidiendo colaboración con este servicio gratuito y solidario. “Fuimos hasta la sede unas 40 o 50 personas, dispuestos a salir esa misma noche, como quien va a la guerra”. Finalmente empezaron el lunes. Para entonces ya eran unos 300. Al final, más de 500 taxistas han movido al personal sanitario por toda la Comunidad de Madrid durante los dos meses que se ha mantenido este servicio.“He ido a pueblos que no sabía ni donde estaban. Algunos no tenían médico”.

 

Precisamente en una de esas rutas vivió uno de los servicios más impresionantes. “Yo pensaba que se trataría de una ruta rutinaria, de esas de control de sintron para gente mayor. Pero detrás de nosotros, llegaba la ambulancia. De diez visitas que hicimos, en al menos siete ocasiones el médico tuvo que llamar a una ambulancia porque el paciente se encontraba muy mal. Y veías escenas terribles, porque la gente se te acercaba, preguntaba lo que sucedía, veías a los vecinos llorar en las ventanas”. Por eso no duda al reconocer que emocionalmente esta situación les va a pasar factura. “Ahora vendrá la resaca. Psicológicamente esto nos va a afectar a todos, porque el nivel de tristeza es muy profundo”, pero cree que saldremos adelante. “Ahora vendrán otras cosas, tenemos que remontar nuestro sector y el de los demás y no hay tiempo de lamentaciones”.

 

Habla un hombre que ha perdido a su padre durante la pandemia. Y lo hace muy entero. “Igual después me pasará factura, pero ahora me encuentro bien”, asegura. Su padre falleció durante la segunda semana de esta crisis sanitaria y marcó su labor como taxista solidario- no dejó de salir con su taxi salvo ese día-. “Él tenía que ir al hospital cada dos días por un tema de diálisis al hospital de Valdemoro, uno de los más afectados por el brote de Covd-19, y aunque llevaba tiempo aislado de todo, fue prácticamente inevitable que se contagiara. Haber hablado con él de esta situación fue sin duda lo que más me animó a hacerlo”, rememora.

 

Joaquín es un hombre tranquilo y nos habla con calma de la dureza del trabajo de esas primeras semanas, cuando la ciudad entera se encontraba desbordada. “Estábamos todos saturados, los servicios se hacían sin parar. Y luego llegabas a casa y te sacudían las cifras, mil muertos un día, y otro, y otro. Era absolutamente angustioso. He visto médicos carentes de recursos, y les ayudábamos en lo que podíamos”, nos relata.

 

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