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CIEN AÑOS DE AUTOTAXI Los años ochenta y el cambio de color (IX)

Comenzaban los años 80 en el sector del taxi madrileño con la esperanza puesta en los cambios y novedades surgidos a finales de la década anterior pero con la crispación latente por el desorbitado aumento de licencias que tendría un nuevo y último episodio con la ampliación de 118 licencias más.
 

Comenzaban los años 80 en el sector del taxi madrileño con la esperanza puesta en los cambios y novedades surgidos a finales de la década anterior pero con la crispación latente por el desorbitado aumento de licencias que tendría un nuevo y último episodio con la ampliación de 118 licencias más (29 de julio de 1980) destinadas a los conductores asalariados con cinco años consecutivos de servicio. Estos conductores fueron los últimos en conseguir una licencia de taxi mediante el sistema de adjudicación municipal. Desde entonces -casi 30 años- se mantiene el mismo número de licencias en activo dentro del término municipal de Madrid aunque el número de autotaxis  ha aumentado en el Área Unificada por la incorporación de más municipios. En definitiva, se había pasado en apenas seis años de las 10.400 licencias de 1974 a las 15.500 de 1980. Muchos coches de S.P. que elevaron el ratio de taxis hasta los 4 puntos cuando la media europea y de rentabilidad se situaba alrededor de los 2,5 coches de media por cada mil habitantes.  

Nueva Ordenanza del Taxi

Al parecer el Área Unificada (en uncionamiento desde 1977) estaba cumpliendo las expectativas y el nuevo Reglamento Nacional de los Servicios Urbanos e Interurbanos de Transporte en Automóviles Ligeros, en vigor desde el 14 de abril de 1979, había obligado al Ayuntamiento de Madrid a modificar algunos aspectos de la anterior Ordenanza Municipal de 1977. En 1980 se publicó la nueva Ordenanza del Taxi que es la misma que regula el sector en estos momentos pero con los cambios aplicados desde entonces que han sido muchos y variados.

El cambio de color: una historia en blanco y negro

Pero sin duda, uno de los acontecimientos más destacados de la reciente historia del taxi fue el cambio de color de los coches, un asunto siempre presente en los reglamentos desde el siglo XIX. Recordemos que en 1876 se advertía a los propietarios de los carruajes a la calesera (carruajes de caballos que hacían recorridos fijos) que "los faroles llevarán pintado de azul el número de la licencia y de amarillo en las testeras de las carretelas..." y que el reglamento de carruajes de plaza de 1884 añadía la particularidad de especificar el tipo de pintura: "llevarán pintado al óleo el número de licencia en los cristales de los faroles...". El reglamento de 1903 incluyó por primera vez la faja roja como distintivo para los vehículos de alquiler y 15 años después, una nueva normativa especificaba el color de los coches de caballo de servicio público: "estarán pintados todos de color azul oscuro, casi negro, y las ruedas de encarnado, y llevarán todos en los tableros pintado el escudo del Ayuntamiento...". Y así hasta nuestros días con muchos cambios de colores, fundamentalmente en los primeros años del autotaxi cuando el servicio lo explotaban diversas compañías privadas y cada una mostraba sus coches con colores distintos como ocurre hoy en varios lugares del mundo.

No olvidemos  que en los años 20  hubo taxis de varios colores en función de la empresa a la que pertenecían. Los hubo amarillos, verdes, rojo cereza. Una vez que la novedad del nuevo servicio de autos públicos se fue asentando en la sociedad madrileña, el Ayuntamiento de Madrid intentó estabilizar ciertas normas que hasta entonces cambiaban en función de los acontecimientos. Así, en la ordenanza de 1950 ya se indicaba lo siguiente sobre el color de los coches de servicio público: "negra para la mitad superior y azul oscuro para la inferior, separados ambos colores por una franja de rojo bermellón..."; sin olvidar la franja amarilla que llevaron los microtaxis. El color negro y rojo fue adoptado como color único a mediados de los años 50 y se mantuvo hasta el verano de 1980. Casi 25 años con un mismo color que fue la seña de identidad del taxi madrileño como se pudo comprobar en varias películas rodadas entre los años 50 y 70.

Pero los nuevos tiempos de la democracia cambiaron la vieja imagen del taxi. Según parece, la suciedad de la chapa, el calor y las complicaciones surgidas en el mercado de segunda mano de vehículos, que no era capaz de vender los coches negros, aceleró el cambio de imagen y en el pleno municipal del 27 de junio de 1980, el Ayuntamiento de Madrid aprobó el color blanco con franja roja en las puertas delanteras. La nueva medida entró en vigor el 20 de agosto con arreglo al siguiente calendario aparecido en la ordenanza del sector.

Vehículos de hasta dos años de antigüedad, en cinco años.

Vehículos de más de dos años, sin llegar a tres, en cuatro años.

Vehículos de más de tres años, sin llegar a cuatro, en tres años.

Vehículos de más de cuatro años, sin llegar a cinco, en dos años.

Vehículos de más de cinco años, en un año.

Durante un tiempo esta duplicidad de colores en los taxis creó inconvenientes y alguna que otra anécdota entre el colectivo al negarse los clientes -al principio- a tomar los coches blancos por desconocer el nuevo color y confundirlos con coches públicos de otras ciudades; y en otros casos, ya pasados unos meses de la medida, a tomar los coches negros al considerar que eran más viejos e incómodos. En fin, la eterna duda entre el blanco y el negro.

Por último recordemos que el 29 de junio de 1988 se propuso la implantación de la tarjeta profesional para combatir el intrusismo en el sector pero la medida no salió adelante hasta los años noventa.