Todos los caminos llevan a Santiago
Julio y agosto son por excelencia los meses más propicios para que los peregrinos mochila en ristre se aventuren por transitados y los caminos que llevan a Santiago. Este 2010 es además año Santo Compostelano, el segundo Xacobeo del milenio, se prevé una llegada masiva de peregrinos a la ciudad. Solo se celebra el Año Santo cuando que el 25 de julio, día de Santiago, cae en domingo. Y esto solo sucede cada 6-5-6-11 años, de modo que cada siglo únicamente se celebran catorce Años Santos Xacobeos y 2010 es uno de ellos.
La historia de este ya milenario peregrinaje que comenzó en el siglo X se remonta a un siglo antes cuando un eremita vio una luz sobrenatural que le indicó el lugar en el que se encontraban los restos del apóstol Santiago. Este paraje pasó pronto a llamarse Campus Stellae y más tarde habría de convertirse en la actual Compostela. El obispo Teodomiro dio por bueno el hallazgo y mandó edificar un templo sobre el sepulcro, con lo que se inició una interminable procesión de milagros, prodigios y múltiples apariciones.
Origen del año Xacobeo
En el siglo XII, en pleno auge del Camino, el Papa Calixto II, debido al prestigio del santuario, concedió a Santiago el privilegio del Xacobeo. Con esta designación, los peregrinos que, con la debida contrición lleguen a Santiago en año Santo, conseguirán indulgencia plenaria, así como redimir la pena equivalente a cuarenta o doscientos años de purgatorio, según los casos.
El Xacobeo se inicia el 31 de diciembre del año anterior con la tradicional apertura de la puerta Santa de la catedral, con lo que se da pie a un año lleno de perdón, indulgencia y renovación de los que, como peregrinos, se acercan a Compostela.
Las rutas
El trazado del Camino es aquel que los propios peregrinos han ido dibujando a lo largo de los siglos, conjugando las dificultades orográficas con la propia autoexpiación de los pecados. Son muchos, si bien en España el llamado Camino Francés es el más utilizado. El más antiguo sin embargo, dicen, que procedente de Europa, cortaba por el País Vasco, Cantabria y Asturias para entrar en Galicia por Lugo.
Otros venían del sur por la ruta de la Plata. Por el norte se trazó el Camino Inglés, entrando desde Ferrol y también se entraba por otros enclaves como el puerto de Padrón.
Pazo Libunca, la atlántida gallega
Ya en tierras gallegas, si peregrinamos por el Camino Inglés, con solo desviarnos unos pocos metros podemos tomar otra senda, esta vez para descansar, en el Pazo Libunca, situado en un enclave privilegiado en la zona de Narón. En términos etimológicos Libunca es la Atlántida gallega. La mítica ciudad enterrada, afanosamente buscada por los "mourus" en las "Terras de Trasancos".
Este hermoso pazo se inauguró en diciembre del año 2002. El primer paso fue la rehabilitación, en lo que se emplearon a fondo buscando los mejores profesionales para tratar de conservar el material original: vidrieras, mármoles, maderas, y los zócalos de cerámica, estos últimos una verdadera obra de arte, realizados por el artista de Talavera, Ruíz de Luna. También se ha cuidado la cubierta, en la que destacan las crucetas y remates dibujados por tejas de cerámica de colores blanco y azul cobalto.
La ubicación privilegiada, está en medio de un jardín; los estanques y fuentes, también rehabilitados, ponen un punto exótico y de relajación que puede contemplarse desde los balcones y terrazas del Pazo. Además del propio jardín, todo el entorno está rodeado por frondosos bosques. Árboles centenarios: palmeras, magnolios, cedros, cipreses, avellanos... Todo un marco natural para potenciar el encanto de Libunca, que además, permiten al visitante respirar a pleno pulmón y disfrutar de diferentes paisajes según la estación, por supuesto que el otoño y la primavera son los más emotivos.
Este entorno no desmerece con su interior, la tranquilidad es el denominador común, quizá contribuya a ello un público selectivo que busca este tipo de alojamientos. Son catorce habitaciones: diez dobles y cuatro individuales, todas con vistas al jardín. Están distribuidas en dos plantas; si el ejercicio de subir escaleras le fatiga, puede acceder por el ascensor. Aunque son amplias, resultan acogedoras por su decoración, nada recargada y muy cuidada. El mobiliario procede de Bali: armarios de madera con puertas de cristal cubiertos por un original visillo; las camas con dosel incluido, las hay de diferentes medidas - la más grande es de dos metros. Las lámparas han sido restauradas en la Real Fábrica de Cristales de la Granja y se encienden con interruptores antiguos, igual que los teléfonos instalados en cada habitación. En el baño se conjuga la madera y el mármol, y no faltan las flores naturales que le ponen una nota de color.
En el aspecto gastronómico, su materia prima son los productos autóctonos, entre otros, ese marisco gallego con el que pocos pueden competir. Si usted es de los que le da pereza mirar la carta, ahí van unas sugerencias: tallarines con lubricante, carrilladas de ibérico, Milhojas de Presa Ibérica con Foie. Y en cuento a postre, no puede pasar por Libunca sin probar el dulce de pan viejo. Una amplia y selecta bodega complementa los deliciosos platos, como muestra: el blanco Albariño D.O, Rías Baixas Vionta; Mención Rerserva de Lan en Rioja y Pago Carraovejas en Rivera de Duero. Y estando en Galicia, no puede despreciar un chupito de orujo que además es muy digestivo. A título orientativo, sepa que un menú sencillo puede salir, aproximadamente por 30 euros. Y para degustar tan buenas viandas, nada mejor que un marco adecuado: dos comedores con madera, paredes enteladas y vidrieras adornando puertas y ventanales le harán posar la vista en algo más que el plato. Todo el personal que trabaja en el pazo es de un trato exquisito, aderezado con ese acento gallego que le da un tono meloso muy agradable al el oído. Si prefiere cambiar de ambiente, pero sin salir del recinto del pazo, acérquese a la carpa- cenador. Su estructura acristalada le permitirá "ver crecer la hierba", o contemplar la lluvia, aunque tampoco es tanta como la pintan en los mapas del tiempo. Es ideal para pasar un fin de semana de enamorados o para enamorarse.....Libunca es, en definitiva, un hotel ideal para gozar de la paz y conseguir el descanso.....
Más información en http://www.pazolibunca.eu/