De Tokio a Londres: la calidad y la formación aseguran el prestigio del sector del taxi
En La Gaceta del Taxi llevamos 30 años informando al sector en España y, a lo largo de este tiempo, hemos sido testigos de su constante transformación. Nuestro compromiso nos ha llevado, de manera intermitente, a recorrer ciudades de todo el planeta para descubrir cómo funciona el servicio de taxi a nivel internacional: qué normativas rigen, cómo trabajan los conductores de taxi y qué valiosas lecciones pueden servirnos en España.
En este aniversario, recuperamos ese espíritu viajero para repasar algunos de los modelos de taxi más representativos: Nueva York (Yellow Cab), Londres (Black Cab), París y Tokio. Cuatro ciudades con estilos distintos, pero con un denominador común: el taxi como servicio público esencial.
Nueva York: la crisis del medallón y la advertencia para el precio de las licencias de taxi
Los taxis amarillos de Nueva York son un icono global. El sistema se articuló históricamente en torno a los medallions (licencias limitadas), que llegaron a costar millones de dólares, ofreciendo a los conductores una garantía de estabilidad.
Sin embargo, la irrupción de las plataformas de VTC y las nuevas fórmulas de movilidad cambiaron drásticamente el panorama. El valor del medallón se desplomó, dejando a muchos taxistas en Nueva York en una situación económica dramática.
Pese a esta crisis, el Yellow Cab sigue siendo un referente fácilmente reconocible, disponible en la calle y con tarifas de taxi claras. Su historia nos advierte sobre los riesgos de inflar artificialmente el valor de las licencias de taxi.
Londres: The Knowledge, formación y prestigio del black cab
En la capital británica, los black cabs de Londres representan un estándar de calidad. Obtener la licencia requiere superar The Knowledge, un durísimo examen que obliga a los aspirantes a memorizar rutas y puntos de interés durante años. En nuestras páginas ya hicimos un reportaje en profundidad sobre esta exigencia.
Esta rigurosa formación no solo otorga prestigio al servicio, sino que garantiza que el usuario reciba una atención profesional y experta. Además, los vehículos se diseñan para la máxima comodidad y accesibilidad del taxi, con espacio suficiente y adaptación para personas con movilidad reducida.
Londres ha sabido combinar una regulación de taxi estricta con apertura a la innovación, siendo un espejo para mejorar la imagen del sector del taxi.
París: equilibrio, digitalización y convivencia entre taxi y VTC
La capital francesa cuenta con unos 18.000 taxis, regulados por la Prefectura de Policía. Aunque la licencia fue un bien caro y limitado, en la última década se han introducido cambios para ampliar la oferta y regular la convivencia con las VTCs.
En Francia, esa coexistencia generó huelgas y bloqueos, pero París ha avanzado hacia un sistema equilibrado con tarifas unificadas de taxi desde los aeropuertos (una tarifa fija de taxi), aplicaciones oficiales de taxi y un impulso al pago digital en taxi.
París es un ejemplo de cómo modernizar el servicio de taxi sin perder su identidad, buscando un balance entre los taxis y las VTCs.
Tokio: excelencia, profesionalidad y experiencia del pasajero
Desde nuestras páginas también hemos viajado a Tokio. La capital de Japón ofrece un modelo casi opuesto: taxis más caros, pero impecables en su servicio.
Los vehículos destacan por su limpieza, las puertas automáticas y la extrema profesionalidad de los conductores, que visten con guantes blancos y ofrecen un trato exquisito. La experiencia del pasajero en taxi es el centro de todo.
Japón fue pionero en la introducción de sistemas de navegación y pago digital para taxi. Aunque el transporte público domina, el taxi japonés conserva su espacio gracias a su calidad diferencial, demostrando la importancia de la excelencia en el servicio.