Antes de la próxima primavera todos los vehículos franceses tendrán que llevar un alcoholímetro obligatorio que impida arrancar el automóvil en caso de dar positivo. Como medida de freno a los accidentes de tráfico se instalarán también 400 radares suplementarios.
Se estima que el 31% de los accidentes de coche mortales en Francia se deben al alcohol. Por eso, a partir "de la primavera que viene" será "obligatorio" disponer de un alcoholímetro en los vehículos, anunció el presidente Sarkozy durante un discurso dedicado a la prevención en la carretera. El objetivo de la medida no es otro que disminuir la cifra de fallecidos en el país vecino, que superó los 4.000 entre el entre el 1 de noviembre de 2010 y el 31 de octubre de 2011.
No se ha concretado si esta instalación afectará a todos los vehículos o solamente a los de nueva adquisición.